Relato de Ciencia Ficción
La ciencia ficción es la denominación popular con que se conoce a uno de los géneros derivados de la literatura de ficción, junto con la la literatura fantástica y la narrativa de terror.
Ejemplo:
La Pesadilla
No era una mañana mas, algo me decía que iba a pasar algo pero no sabia
que. Me levanto como todos los días a la misma hora y con el singular
ruido de mi despertador. Me siento en mi cama grande, confortable,
situada en una amplia habitación calida e iluminada. Un ventanal que
muestra el exterior en forma de cuadro. Observo con detenimiento esa
mancha negra que contrasta la almohada blanca, curvas que se asoman en
sabanas suaves, congeladas en el tiempo, como estatua viviente sin
moneda, tierna, frágil, a la espera de nada ni nadie.
Ella siempre en la misma pose, inmersa en un sueño profundo y sin
perturbación alguna. Todas las mañanas se despierta una hora mas tarde
que yo. Cuando me despierto la observo unos minutos para llevarme una
foto de ella y luego me alejo de la habitación, recorro el pasillo y
bajo las escaleras con la tranquilidad de que todo esta en orden. Voy en
busca del desayuno, ese ritual previo al resto del día. Hoy algo
sucedería, tenia ese presentimiento desde el momento en que mi cuerpo y
mi cama dejaron de se ser un solo objeto.
En la planta baja diviso su cartera arriba de la mesada. Estaba abierta
como invitándome a ella. No soy de hacer esto pero hoy todo es
distinto. Me acerco y con culpa la reviso. Cartas de alguien, un tal
Ignacio. No era amigo de la familia ni conocido nuestro. Leo con
detenimiento mientras me preparaba para lo peor. Palabras y frases como
puñales. No podía creer que estaba en presencia de mi engaño, del fin
de una relación y del principio de otra. Se hacia cada ves mas difícil
sostener ese papel entre mis manos, era filoso y quemaba. ¿Qué debo
hacer?, era el único interrogante que se me manifestaba, cuya respuesta
no estaba o no quería que este.
Me conozco, ese era mi terror más grande, mi reacción podía no ser la
adecuada pero ya no me importaba nada. Era tanto el dolor que el
corazón no piensa, y eso me asustaba. Me acerco al bar en busca de un
trago que me tranquilice pero nada era suficiente. En ese mismo
instante oigo un grito. Era ella, pedía ayuda. Me nombraba entre
llantos y suspiros. Corrí con fuerza hasta esa escalera sin fin, hasta
ese pasillo interminable, hasta esa puerta que en ese momento separaba
lo que nadie nunca soportaría ver. Su cuerpo blanco, sin vida, sus ojos
perdidos en un mundo de arrepentimientos, su boca gesticulando perdón,
las manos cerradas e impotentes; todo era un idioma propio que supe
descifrar.
Seguía ahí, como la última ves que me fui, quieta y callada. ¿Quién fue?
¿Que hizo ella para merecerse esto?, esta ves eran otras las preguntas,
cuyas respuesta yo sabia.
Me siento en mi cama, la miro y no podía entenderlo. Me recuesto sin
saber que hacer y me duermo profundamente buscando la cura de todo el
dolor. Al despertarme todo había cambiado: mi habitación ya no era
amplia ni calida e iluminada, la cama había dejado de ser grande y
confortable; todo parecía un sueño.
Y cuando de repente miro que mi ventanal ya no es un cuadro y que fue
remplazado por barras verticales de piso a techo, como jaula sin
salida. Me di cuenta que no era un sueño si no más bien el principio de
mi pesadilla.
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